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Ciencia aplicada a la acuicultura: Conociendo el centro CASA

Mundo Acuícola visitó parte de las instalaciones del Centro CASA en la Universidad de Chile, destacando su labor en la investigación y control del uso de antimicrobianos para una acuicultura más sostenible. Conozca la primera parte de este recorrido.

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Cuando compramos alimentos de origen animal, no solo evaluamos su precio. También nos importa su calidad y trazabilidad. En la producción animal, la salud de estos es clave. Por eso, los antimicrobianos cumplen un rol fundamental.

El uso de antimicrobianos en la producción animal está estrictamente regulado en Chile, siendo utilizados en industrias como la láctea, avícola, cárnica y también salmonera, pero considerando períodos de resguardo. Es decir, un tiempo para que los animales metabolicen o excreten los antibióticos antes de ser faenados o extraídos sus productos.

En la salmonicultura chilena se aplica esta misma precaución y, además, se realizan análisis para asegurar que el salmón no contenga trazas de antimicrobianos perjudiciales, cumpliendo así con los estándares de inocuidad locales e internacionales.

Así, entendemos que no existe un riesgo sanitario para el consumidor de leche, carne, huevos o salmón provenientes de animales que fueron tratados con antimicrobianos en sistemas industriales autorizados. De hecho, existe más riesgo en la manipulación e higiene de los productos en nuestro hogar, por ejemplo

A pesar de ello, el uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena sigue generando dudas. Muchas personas se preguntan por qué esta industria los utiliza más a diferencia de otros países productores de salmón.

La respuesta es que el salmón de cultivo chileno enfrenta desafíos sanitarios particulares, y aunque se han logrado avances en vacunas y manejo sanitario, para ciertas enfermedades los antimicrobianos siguen siendo la mejor alternativa desde la costo-eficiencia y el bienestar animal.

Sin embargo, la industria no se ha quedado ahí y busca continuamente optimizar y reducir su uso de antimicrobianos, no solo pensando en su sostenibilidad, sino también en un riesgo que sí es real: la diseminación de la RAM o resistencia antimicrobiana.

La RAM es un mecanismo natural que desarrollan bacterias, virus y parásitos para defenderse de los antimicrobianos, haciendo que con el tiempo estos vayan perdiendo su eficacia.

Cientos de miles de personas mueren al año producto de enfermedades resistentes a los medicamentos, y aunque los antimicrobianos utilizados en la salmonicultura no se usan en humanos, el llamado de los expertos es enfrentar la RAM desde el concepto de “Una Salud”, que integra a los sectores animal, vegetal, humano y ambiental.

En el marco de este desafío, hace un par de años la Universidad de Chile lanzó el Centro para la Gestión de Uso de Antimicrobianos en la Acuicultura (CASA por su sigla en inglés), el hasta ahora primer y único centro colaborador de la OMSA en la Región de las Américas dedicado específicamente al apoyo del uso responsable de antimicrobianos en acuicultura.

Con el respaldo de laboratorios y centros de investigación de la Universidad de Chile, que trabajan desde hace años con el sector público y privado, CASA tiene entre sus objetivos apoyar a los países de la región -incluida la industria salmonera chilena- mediante el desarrollo de buenas prácticas, prevención de enfermedades y colaboración multisectorial. Además, lidera asesorías, capacitaciones y proyectos científicos, generando conocimiento para mitigar la diseminación de la RAM y fomentar una acuicultura más sostenible.

En este contexto, visitamos parte de la red de laboratorios que integran el Centro CASA en el Campus Sur de la Universidad de Chile, ubicado en la comuna de La Pintana.

Laboratorio de Farmacología Veterinaria (FARMAVET)

Comenzamos nuestro recorrido en el Laboratorio de Farmacología Veterinaria (FARMAVET), perteneciente a la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, donde fuimos recibidos por el Dr. Aldo Maddaleno, jefe de laboratorio.

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El Dr. Maddaleno destacó que FARMAVET es una unidadacreditada bajo la norma ISO 17.025:2017 y laboratorio de verificación de SERNAPESCA. Asimismo, desde el 2015, bajo la Resolución Exenta N°10728 es reconocido como laboratorio de referencia del mismo servicio. Aquí se realizan análisis de residuos de medicamentos veterinarios y contaminantes en productos hidrobiológicos, como salmones destinados a la exportación.

FARMAVET colabora, además, con el SAG en la evaluación de productos de origen veterinario como carne de cerdo, aves, bovinos y otros, así como también, de alimentos e insumos destinados a la producción animal.

En investigación, FARMAVET desarrolla estudios de depleción en salmónidos y especies pecuarias, además de optimización de fórmulas farmacéuticas para reducir el uso de antimicrobianos. Estas iniciativas buscan garantizar que los productos acuícolas lleguen al consumidor libres de contaminantes.

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El proceso analítico comienza con la recepción de muestras enviadas por los organismos fiscalizadores. Estas son identificadas con un código único para garantizar su trazabilidad. Según el programa de control requerido, las muestras pueden analizarse en una o en ambas unidades que dispone FARMAVET.

Una de ellas, la más amplia, está especializada en el análisis de residuos de fármacos veterinarios y contaminantes, mientras que la restante se centra en el análisis confirmatorio de dioxinas, furanos y PCBs. Para efectos de la visita, iniciamos el recorrido en la unidad (laboratorio) de dioxinas, furanos y PCBs, que son contaminantes que se encuentran en el ambiente y particularmente en alimentos de origen animal.

Aquí, las muestras —como carne, salmón, huevos o miel— pasan por un detallado proceso de preparación. Se seleccionan los ítems de ensayo y se subdividen en muestras, contramuestras y reservas, generalmente de 200 gramos cada una, con el fin de resguardar el ítem de ensayo y las cuantificaciones asociadas a él.

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Posteriormente, estas se homogenizan mediante un proceso de molienda (en el caso de productos sólidos). Luego, mediante el uso de solventes y otros métodos, se obtiene una mínima porción líquida de la muestra, conocida como extracto. Este proceso puede tomar entre tres y cinco días de trabajo.

Este extracto se coloca en un vial, que luego es analizado en un cromatógrafo de gases acoplado a un espectrómetro de masas de alta resolución. Este equipo permite identificar moléculas de los compuestos de interés con una precisión cercana al 100%. Según el jefe de laboratorio, esta tecnología representa el estándar más alto a nivel mundial, asegurando resultados con validez local e internacional.

A continuación, nos dirigimos al laboratorio especializado en residuos de antimicrobianos y contaminantes ambientales. Aquí, el volumen de muestras es mayor, por lo que está equipado con centrífugas, secadoras y concentradoras que optimizan el proceso de extracción.

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Al igual que en la otra unidad, las muestras primero se homogeneizan mediante un proceso de molienda y se separan en contramuestras y reservas (trozos no molidos), que son etiquetadas y almacenadas en congeladores a -80 grados, garantizando su conservación bajo estrictos protocolos.

Las extracciones de las muestras suelen completarse en un día de trabajo. Una vez obtenida la extracción, estas pasan a las salas de análisis instrumental, donde se emplean cromatógrafos de gases y espectrómetros de masas de triple cuadrupolo. Estos equipos detectan analitos en matrices animales incluso en concentraciones extremadamente bajas.

El Dr. Maddaleno destacó que el laboratorio colabora con numerosos tesistas de pre y postgrado en proyectos de investigación, quienes se forman y adquieren experiencia en el manejo y funcionamiento de este tipo de instrumentación avanzada.

El recorrido concluyó en la sala de manejo de estándares, un espacio de acceso restringido diseñado para garantizar la máxima precisión en los análisis. Aquí se encuentra una balanza de alta precisión, capaz de medir hasta el quinto decimal de un gramo, junto con refrigeradores a -80 grados que almacenan estándares analíticos y materiales de referencia certificados, esenciales para mantener la fiabilidad y especificidad de los procesos.

La Dra Javiera Cornejo, directora de FARMAVET, relevó la posición del laboratorio que estaría al mismo nivel que cualquier otra unidad de referencia internacional en cuanto a su tecnología, equipamiento, capacidades humanas, y sistema de gestión de calidad.

“Somos auditados constantemente por los distintos mercados a los cuales exportamos, incluyendo UE, FDA y países asiáticos. También hemos tenidos auditorías y reuniones de colaboración con la Unión Económica Europea. En todas estas instancias hemos mostrado competencia y capacidades que permiten cumplir con los más altos requisitos internacionales. Además, nos ha permitido ir mejorando nuestros procesos para llegar a alcanzar los más alto estándares”, concluyó la académica.

Laboratorio de Inocuidad de los Alimentos (INOCUIVET)

La visita al centro CASA continuó hacia el Laboratorio de Inocuidad de los Alimentos (INOCUIVET), también perteneciente a la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile. Este laboratorio, especializado en microbiología aplicada a la cadena alimentaria, también cuenta con certificación bajo la norma ISO 17.025 y está reconocido por SERNAPESCA como laboratorio de verificación. Desempeña un papel clave en la evaluación de calidad para la exportación de productos alimenticios, garantizando que cumplan con los estándares internacionales.

En este espacio nos recibieron el Dr. Ricardo Riquelme, Jefe del Laboratorio, y la doctorante María Belén Vargas, responsable de la unidad de Biología Molecular. El Dr. Riquelme explicó que en INOCUIVET se realizan análisis para la detección y cuantificación de microorganismos en una amplia variedad de matrices, incluyendo ingredientes de alimentos, superficies de contacto, utensilios, manipuladores, equipos y productos listos para el consumo, entre ellos los de origen hidrobiológico y, por extensión, los productos de la acuicultura.

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El laboratorio INOCUIVET está diseñado específicamente para trabajar con microorganismos vivos, implementando estrictos protocolos que previenen tanto la contaminación desde bacterias externas como la diseminación de microorganismos al medio ambiente en caso de detección. Según explicaron los expertos, las distintas áreas están dispuestas estratégicamente para garantizar la esterilidad del proceso, un factor crítico considerando que las bacterias están presentes incluso en las superficies de los mismos operarios. Este diseño asegura no solo la validez de los resultados, asegurando la esterilidad durante el proceso de análisis; un factor crítico considerando que las bacterias están presentes habitualmente tanto en las superficies de trabajo como en el aire ambiente, por ejemplo.

Dentro de sus funciones, INOCUIVET desempeña un papel fundamental en el control de productos destinados a exportación. Como laboratorio autorizado por SERNAPESCA para la verificación oficial, las muestras deben pasar por un riguroso "ojo analítico" que evalúa su calidad y determina si un lote es apto para ser certificado y enviado al mercado internacional. Esta responsabilidad resalta la importancia de mantener áreas bien equipadas, delimitadas y controladas, personal capacitado y procedimientos estrictos para evitar la contaminación cruzada y garantizar resultados confiables.

El trabajo de INOCUIVET se centra en el análisis de indicadores de calidad y patógenos críticos. Entre los primeros destacan recuentos de aerobios mesófilos, Staphylococcus aureus y Escherichia coli, que señalan posibles contaminaciones por manipulación. En cuanto a los patógenos más relevantes, se incluyen Listeria monocytogenes, considerada uno de los mayores desafíos para la industria alimentaria, y Salmonella.

El recorrido comenzó en el área de recepción y procesamiento de muestras, donde se preparan las mismas para su análisis. Aquí, se emplea un equipo especializado denominado gabinete de bioseguridad. Esta cuenta con un flujo laminar de aire controlado para evitar la entrada de partículas externas que puedan comprometer la esterilidad de las muestras.

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Luego de su recepción, las muestras son colocadas en bolsas estériles, para luego pasarlas a la etapa de la homogenización y dilución, realizado por los analistas. Dependiendo del análisis requerido, las muestras pueden ser incubadas (cultivadas en placas o inoculadas en tubos) o sometidas a diluciones seriadas, permitiendo, posteriormente, la detección o cuantificación de microorganismos de interés, según corresponda.

Para el proceso de incubación, INOCUIVET cuenta con diversos equipos ajustados a distintas temperaturas, cuyo uso dependerá del microorganismo en estudio. Esto se debe a que cada tipo de microorganismo tiene un rango de tolerancia y una temperatura óptima de desarrollo. Para cubrir estas necesidades, el laboratorio dispone de incubadoras que operan entre 20 °C y 45 °C, permitiendo resultados precisos y adaptados a las especificidades de cada análisis.

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Al concluir la incubación, se evalúa el desarrollo de microorganismos en los medios de cultivo. En este punto, entra en juego la experiencia y el criterio experto de los y las analistas de INOCUIVET, quienes, con años de trayectoria, determinan los recuentos de microorganismos y/o la presencia de colonias sospechosas, que, de ser necesario, se confirmarán mediante pruebas bioquímicas adicionales, para concluir sobre la presencia y/o concentración de microorganismos en la muestra evaluada.

Los resultados obtenidos son compilados en informes detallados que se envían al cliente y/o a entidades reguladoras como SERNAPESCA. Este proceso, que podría parecer sencillo en teoría, involucra un riguroso aseguramiento de calidad en cada etapa del proceso analítico, desde la recepción hasta la entrega de los resultados. Esto incluye el diseño y disposición de los espacios, la calibración de los instrumentos de medición; la limpieza del ambiente de trabajo, que se traduce en la calidad microbiológica del aire, y las superficies de trabajo, por ejemplo; y el control de variables críticas, como los procesos de esterilización de instrumentos y medios de cultivo, entre otros procesos que se deben controlar.

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Más allá de su función como prestador de servicios, INOCUIVET también se vincula con la investigación a través de la Unidad de Biología Molecular mencionada previamente. Este brazo investigativo se enfoca en resolver problemas específicos de la industria salmonicultora y en anticipar los desafíos futuros del sector, integrando investigación aplicada y la formación de nuevos profesionales.

El laboratorio colabora con numerosos tesistas en proyectos de investigación, especialmente en el análisis de resistencia antimicrobiana, empleando técnicas avanzadas y rápidas.

Actualmente, la unidad se centra en uno de los principales patógenos que afecta a la industria salmonicultora: Piscirickettsia salmonis. En colaboración con distintos actores del sector, se llevan a cabo estudios sobre la evaluación de perfiles de resistencia antimicrobiana y la mejora de la eficacia de los tratamientos existentes.

A pesar de ser un área reciente, con apenas un año de funcionamiento, la Unidad de Biología Molecular ha demostrado ser altamente funcional, permitiendo el desarrollo de importantes proyectos.

Centro de Investigación e Innovación en Acuicultura (CRIA)

El Centro de Investigación e Innovación en Acuicultura (CRIA, por su sigla en inglés), creado en 2019 por la Universidad de Chile, es una iniciativa que integra esfuerzos multidisciplinarios para fomentar una acuicultura más eficiente y sostenible. Este centro forma parte del CASA e incluye los siguientes laboratorios: Laboratorio de Genómica Acuícola, Laboratorio de Nutrición Animal y Laboratorio de Genómica y Genética de Interacciones Biológicas del INTA.

Laboratorio de Genómica en Acuicultura (LABGEN)

Nuestra visita nos lleva al Laboratorio de Genómica Acuícola, donde se implementan, optimizan y desarrollan programas de mejoramiento genético para especies de interés acuícola, como salmones, truchas, tilapias,camarones y ostras, entre otras. Este laboratorio, perteneciente a la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, es dirigido por el Dr. José Manuel Yáñez, decano de la Facultad.

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El laboratorio contribuye al Centro CASA desarrollando estrategias innovadoras para controlar enfermedades infecciosas, incluidas las bacterianas, fomentando un uso responsable de antimicrobianos.

El Dr. Pablo Cáceres, jefe del Área de Bioinformática del laboratorio, nos recibe y comenta que el equipo está compuesto por aproximadamente 15 personas, organizadas en distintas secciones. Una de ellas es el área de laboratorio húmedo donde se realizan tareas fundamentales, tales como la preparación de muestras para análisis interno o envío a laboratorios externos, extracciones de ADN, ARN y control de calidad del material genético.

También destaca la sala de cultivos celulares, diseñada para abordar el próximo desafío tecnológico del laboratorio: la edición génica utilizando CRISPR-Cas9. Este espacio cuenta con equipamiento especializado. Además, el laboratorio dispone de una sala de biobanco con refrigeradores a -80 °C para conservar muestras en condiciones óptimas.

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Otra área importante es la sala de análisis de datos, equipada con estaciones de trabajo conectadas a dos servidores de alta capacidad, lo que permite realizar análisis de genética cuantitativa, genómica y bioinformática. Este enfoque refuerza la capacidad del laboratorio para procesar grandes volúmenes de datos y lo posiciona de buena forma para el uso de inteligencia artificial, machine learning y deep learning.

Entre los servicios que el laboratorio presta a la industria acuícola, destacan el apoyo integral en la gestión y asesoramiento de programas genéticos, desde la evaluación de la diversidad genética de los reproductores y diseño de programas basados en familias, hasta la optimización de los esquemas de selección, incorporando información genómica. Además, el equipo de profesionales apoya actividades de I+D+i a diversas empresas productoras y casas genéticas.

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Un ejemplo concreto es la colaboración con la industria son los diversos estudios relacionados con la resistencia genética a enfermedades como SRS o Caligus. Muchas empresas realizan pruebas en centros experimentales y recopilan datos, pero a menudo necesitan orientación para analizarlos. En estos casos, el laboratorio recibe datos o muestras biológicas, como aletas de peces, y realiza extracciones de ADN para gestionar la genotipificación o la secuenciación.

Posteriormente, el laboratorio entrega un análisis detallado que incluye información genética como heredabilidades,correlaciones genéticas, y análisis de locus de efecto cuantitativo (QTLs), además de recomendaciones específicas sobre cruzas y estrategias de diseminación de la mejora genética en producción.

A diferencia de servicios puntuales, estas colaboraciones suelen establecerse mediante convenios a largo plazo, lo que permite un trabajo continuo y adaptado a las necesidades específicas de las empresas.

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Otros servicios incluyen la evaluación genética de múltiples rasgos mediante sistemas avanzados para optimizar objetivos de mejoramiento, el diseño de estrategias de fenotipado y registro de pedigrí, esquemas de selección asistida por marcadores moleculares y benchmarking para evaluar programas de mejora genética. Asimismo, se destacan estudios genómicos avanzados, como la identificación de marcadores moleculares y QTL, la selección genómica, la reconstrucción de pedigrí y el desarrollo de estrategias de imputación para aplicaciones genómicas de bajo costo.

El laboratorio no solo presta servicios a nivel nacional, sino que, además, ha avanzado en la internacionalización de su actividad, con clientes en Dinamarca, Australia, Canadá, entre otros, apoyando en estospaíses la implementación y optimización de programas genéticos en seriola, truchas, salmones y ostras.

Entre sus proyectos más ambiciosos se encuentra el proyecto Consorcio de Pangenomas en Acuicultura, financiado por la Academia China de Ciencias, a través de su agencia ANSO, el cual busca establecer una colaboración internacional con instituciones del Sur Global para generar un catálogo de referencia de la diversidad genómica de las principales especies acuícolas, incluyendo salmón coho, camarón y ostras, entre otras. Este esfuerzo global integra datos genéticos de diversas regiones, promoviendo una comprensión más profunda de estas especies y el desarrollo de estrategias innovadoras para su manejo y conservación.

Laboratorio de Nutrición Animal (LABNA)

El Laboratorio de Nutrición Animal, perteneciente a la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, tiene como objetivo desarrollar alternativas nutricionales innovadoras y optimizar ingredientes en las dietas para peces, siempre con un enfoque en la sostenibilidad y el bienestar animal.

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Al ingresar a sus instalaciones, los estanques perfectamente alineados y el hatchery, donde nadan peces en un entorno controlado, captan inmediatamente nuestra atención. Es en este escenario donde el Dr. Jurij Wacyk, director del LABNA, explica cómo el laboratorio aborda los desafíos de la nutrición acuícola desde una perspectiva transdisciplinar. “Nuestro objetivo es buscar soluciones innovadoras que promuevan la salud y el bienestar de los peces, asegurando al mismo tiempo la sostenibilidad de los cultivos”, puntualizó.

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El LABNA ofrece servicios avanzados en nutrición y ensayos específicos para la acuicultura. Entre ellos, destacan el análisis de ingredientes y dietas comerciales: determinación de la composición proximal, perfiles de aminoácidos, ácidos grasos y minerales; ensayos “in vivo”: evaluación de digestibilidad y retención de nutrientes; e investigación aplicada: microencapsulación de nutrientes, desarrollo de perfiles de extrusión y extrusión de dietas, evaluación y caracterización de ingredientes in vitro usando modelos celulares, monitoreo bioquímico de plasma y desarrollo de alternativas al uso de antibióticos que apunten a la inducción de inmunidad nutricional.

Estas iniciativas colaborativas buscan mejorar tanto la calidad de los alimentos como la productividad en los cultivos acuícolas, siempre en sintonía con las demandas de una industria más responsable y eficiente.

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Además, el laboratorio es un espacio clave para la formación de nuevos investigadores en acuicultura. Esta labor educativa se realiza en colaboración con otros laboratorios del CRIA, promoviendo un enfoque integrador.

Como parte de su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo nacional, el LABNA participa en diferentes iniciativas público-privadas con fuentes de financiamiento de ANID y Corfo, a través de programas como FONDEF, FONDECYT, EXPLORACIÓN y el Programa Tecnológico para la Producción Local de Insumos Nutricionales para la Acuicultura (PTEC-INVA), impulsado por Corfo, el cual busca establecer una plataforma que fomente el uso de insumos vegetales nutricionales provenientes de cultivos de rotación de la macrozona sur y austral de Chile. Estos ingredientes, sostenibles y escalables, se desarrollan como fuentes viables de proteínas y aceites para dietas de salmónidos.

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El PTEC-INVA, liderado por la empresa Salmones Antártica, reúne a actores clave como el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), VeHiCe, Agrotop (Saprosem), la Universidad Católica de Temuco (UCT) y la Universidad de Chile (UChile) a través de CRIA. Este esfuerzo conjunto refuerza el compromiso con una acuicultura más sustentable y competitiva.

Laboratorio de Genómica y Genética de Interacciones Biológicas (LG²IB)

El LG²IB fue fundado en 2018 con el objetivo de contribuir al entendimiento de los fenómenos biológicos que subyacen en la relación entre organismos vivos y su entorno, desde una perspectiva de investigación básica con potenciales aplicaciones biotecnológicas. Se ha enfocado en estudiar la interacción entre hospederos y sus patógenos intracelulares, así como el efecto de los nutrientes, fármacos y otros microorganismos (microbiota) sobre dicha relación.

Con el propósito de promover el uso racional de antimicrobianos, el laboratorio se ha centrado en identificar qué los procesos biológicos y lasy rutas metabólicas del hospedero que son aprovechadas por los patógenos para desarrollar infecciones. Estos procesos son posteriormente modulados mediante estrategias perturbados mediante estrategias nutricionales y/o farmacológicas dietarias no-no antibióticas, conocidas como terapia dirigida al hospedero, para inhibir dichas infecciones.

Las aproximaciones experimentales para identificar los procesos biológicos y rutas metabólicas clave de interésen el desarrollo de las infecciones se basan en análisis bioinformáticos de datos multiómicos integrados asociados a la relación hospedero-patógeno. El impacto de los nutrientes y/o fármacos que afectan estos procesos se evalúa mediante infecciones controladas in vitro, y sus resultados se validan en sistemas biológicos in vivo. Para llevar a cabo estas investigaciones, se han implementado metodologías clásicas y modernas de microbiología, biología celular y biología molecular.

Aunque en el marco de nuestro recorrido no visitamos el Laboratorio de Genómica y Genética de Interacciones Biológicas, ya que se encuentra fuera del Campus Antumapu en otra sede del Campus Surde la Universidad de Chile, es importante destacar su vinculación con CRIÍA y el Centro CASA. Su contribución radica en el estudio de la relación hospedero-patógeno, particularmente en bacterias intracelulares de relevancia productiva en salmónidos, como SRS y BKD. Este enfoque permite identificar nutrientes y fármacos no antibióticos que faciliten la prevención o el control de infecciones intracelulares, un aspecto crucial para una producción sustentable en la industria nacional.

Así, concluimos nuestro recorrido por la red de laboratorios y centros que conforman el Centro CASA. Desde la Universidad de Chile, estos laboratorios han desempeñado un papel fundamental en la articulación de diversos grupos de investigación, integrando unidades académicas y promoviendo un esfuerzo transdisciplinario que reúne a investigadores jóvenes y senior.

Este trabajo colaborativo, que también fomenta la formación de profesionales, busca generar soluciones innovadoras a los principales desafíos de la acuicultura a nivel nacional. Además, reafirma su compromiso con la producción animal sostenible, destacando especialmente el uso responsable de antimicrobianos bajo el enfoque de Una Salud.

Ricardo Álvarez G.