Artículo de Portada

Los hitos del Centro Experimental Quillaipe (CEA) de Salmofood

Para conocer más de cerca la generación de conocimiento e investigación aplicada en torno a la industria salmonicultora, Mundo Acuícola visitó la unidad de I+d+i que la compañía de nutrición tiene al servicio de clientes y proveedores.

Ubicado a 21 Km. de Puerto Montt, el Centro Experimental Quillaipe (CEA) de Salmofood es uno de los principales centros de investigación en nutrición acuícola del sur de Chile, erigiéndose como un polo de innovación y desarrollo al servicio de la industria salmonicultora local.

Desde sus inicios Salmofood proyectó el desarrollo de un centro de investigación de primera línea, trabajando junto a diferentes instituciones. Sin embargo, fue en 2017 cuando estableció su trabajo en i+d+i en determinadas áreas del Centro Experimental Quillaipe -por ese entonces perteneciente a Fundación Chile-, para luego, al cierre de 2020, comprar la totalidad de las instalaciones a la institución.

Es preciso remarcar que, durante aquel tiempo, la relación entre Fundación Chile y Salmofood se nutrió de una importante historia de colaboración y apoyo en pro de la búsqueda de soluciones y desarrollo sustentable, que beneficien a la industria acuícola, lazo que se mantiene hasta la actualidad.

De esta forma, continuando con un legado de capacidades e impacto en el territorio, Salmofood ha trazado un camino en torno a la investigación y la generación de conocimiento que robustecen los procesos de formulación y alimentación, siempre en la búsqueda de mejoras nutricionales y sanitarias.

En detalle, el trabajo del CEA responde a necesidades crecientes de la industria salmonera, tales como: la diversificación de materias primas para la generación de dietas costo eficientes y sostenibles; respuestas nutricionales no farmacológicas a enfermedades derivadas de la producción intensiva, patógenos y cambios ambientales; innovación en ingredientes sustentables que, manteniendo eficiencia nutricional, aporten a reducir los impactos del cultivo derivados de la nutrición y alimentación; y respuestas nutricionales para mejorar la calidad del producto final.

Para todo lo anterior, el CEA de Salmofood cuenta con un equipo de 14 trabajadores y una capacidad instalada de 550 m3, distribuida en 17 salas, con sistemas de reutilización de agua para ensayos en agua de mar y agua dulce.

Visita

Así, para conocer de cerca este trabajo en investigación y generación de conocimiento aplicado a la industria, el equipo de Mundo Acuícola visitó, en exclusiva, las instalaciones del CEA Quillaipe, siendo cordialmente recibidos por Rodrigo Sánchez, Jefe de I+D de Salmofood y líder del Centro Experimental; y Rayen Collipal, Investigadora y analista de datos de Salmofood.

Iniciamos el recorrido en la sala del edificio Puelche, previo a iniciar un ensayo para dos dietas de alto crecimiento.

“Algo a destacar es que, durante el año pasado y este año, hemos realizado ensayos con las tres especies: Salar, Coho y Trucha, los que, generalmente, distribuimos en triplicado o cuadruplicado (3 o 4 estanques por dieta). Todas las salas que tenemos funcionan en reúso o recirculación, utilizando, en promedio, un 70% de reúso de agua y un 30% de agua fresca”, explica Sánchez.

El CEA puede recibir pre-smolts desde los 30 gr. Dependiendo del tipo de ensayo, éstos se destinan a una sala especial para completar su proceso de esmoltificación, el cual se desarrolla de forma óptima, dada la disponibilidad, tanto de agua dulce como agua de mar, que posee el Centro.

“El agua dulce que utilizamos proviene de un estero adyacente al CEA, contando con los derechos de agua respectivos para su utilización; mientras que el agua de mar la bombeamos directamente desde la bahía. Si bien en los ensayos buscamos replicar las condiciones de cultivo, todo ensayo debe estar en un sistema altamente controlado y sin “ruidos”. Así, tanto el sistema general como todas las salas cuentan con sistemas de filtros, control de temperatura y medición de los principales parámetros de calidad de agua, entre otros”, describe Sánchez.

Igualmente, los estanques cuentan con sistema de alimentación (banda o automático), fotoperiodo, medición de oxígeno e inyección de oxígeno, los que son monitoreados a través de un software.

“Pronto instalaremos cámaras en los estanques para hacer más eficiente el monitoreo de los peces. La idea es ir tecnologizando aún más estos procesos, con el objetivo de controlar este tipo de variables de manera automática e incluso dirigir todo el CEA desde una sola sala de control o de forma remota”, proyecta Sánchez.

Todas las salas del centro cuentan con sistemas de decantación de residuos de alimento y heces, los que son retirados dos veces por cada turno. Si bien, actualmente, estos desechos son enviados a vertedero, siguen representando un volumen menor, en comparación a otros procesos de la industria. Además, de acuerdo a lo comentado por Sánchez, ya se han realizado estudios para gestionar su uso en la remediación de suelos agrícolas.

Después de unos minutos el recorrido continúa hacia una sala con estanques más pequeños, que se encuentran en mantención, destinada a hacer ensayos con peces de menor tamaño.

“En esta sala se pueden desarrollar, por ejemplo, ensayos para aditivos o pruebas de tolerancia para vacunas. A pesar que esto último no forma parte de nuestro negocio, ciertamente establecimos el CEA para ser un polo de desarrollo para la industria, por lo que nos hemos ido abriendo a realizar diferentes trabajos con otros proveedores de la industria”, acota el Jefe de I+D.

Posteriormente visitamos la sala de smoltificación, donde parte del equipo del Centro se encuentra realizando el sexaje y cálculo de talla de los smolts que serán utilizados en el ensayo.

El recorrido prosigue por los demás edificios que posee el centro, destacando las dependencias donde se instalará un laboratorio, además de una sala que se apronta a recibir un ensayo de aditivos para el crecimiento de peces.

“Hay empresas que recurren al CEA para probar y validar aditivos que se utilizan en otras industrias. Estos suelen ser procesos que se desarrollan en conjunto, pues cada ensayo no solo implica conseguir ejemplares y disponer del personal para su manejo, sino también financiar los análisis posteriores (biología molecular, histopatología, etc.), teniendo siempre en cuenta que para poder identificar algún efecto en los peces se debe esperar que éstos dupliquen o tripliquen su peso”, explica Sánchez.

Los hitos y aportes del CEA Quillaipe

De regreso al edificio Puelche, Rodrigo Sánchez y Rayen Collipal resumen la dinámica que motiva la realización de ensayos en el CEA y su impacto a nivel productivo, social y territorial.

“Respecto al alimento que se utiliza en los ensayos, éste se gestiona de dos maneras. Cuando se trata de probar aditivos, por ejemplo, recibimos alimento seco, desde la planta de Castro, para realizar nosotros el aceitado e incorporación de algún producto. En tanto, cuando se trata de dietas nuevas, recurrimos a las diferentes plantas piloto que varias instituciones tienen a lo largo del país. Esto se hace así porque el mínimo de alimento capaz de generar la planta de Castro sobrepasa ampliamente la cantidad que nosotros requerimos para un ensayo, evitando así el desperdicio de recursos y energía”, explica Rodrigo Sánchez.

Los focos principales de investigación que se realizan en el CEA son crecimiento y performance productiva; digestibilidad y evaluación de materias primas; Desarrollo de complementos y estrategias nutricionales; y generación de conocimiento aplicado a la salmonicultura.

“El evaluar constantemente nuevas materias primas nos permite estar preparados frente a los cambios dinámicos de la industria. De igual forma, trabajamos en validar los productos que nuestros proveedores nos ofrecen. De hecho, para la creación de AntiOX+ (complemento recientemente lanzado que aporta al bienestar del pez al reducir los radicales libres que se producen ante cualquier evento de estrés) probamos los productos de 3 proveedores, a fin de determinar cuál de todos entregaba mejores resultados. Y es que hay que entender que la salmonicultura camina hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental, por lo que las empresas de nutrición siempre están buscando alternativas que aseguren la transición hacia dicho objetivo”, complementa Collipal.

Una tercera línea de trabajo que motiva la realización de ensayos e investigación en el CEA proviene de las mismas empresas salmonicultoras y los problemas que presentan durante el ciclo de cultivo.

“Casi tan desafiante cómo encontrar una solución es poder generar las condiciones de campo en el ambiente controlado que es el CEA. En este sentido, es importante mencionar cómo logramos inducir melanosis y cataratas para el desarrollo de la dieta Melanosis y el complemento AntiOX+, respectivamente. Por eso realizamos mucha investigación previa para replicar un problema, a nivel de ensayo, y así probar las soluciones posibles. Nosotros hacemos ciencias bajo el método científico, con un rigor aplicado en base a estadísticas y análisis serios, con réplicas y evaluación”, apunta Collipal.

“También nos mantenemos en línea con la reducción de antibióticos y tratamiento de enfermedades, mejorando la palatabilidad de los alimentos, buscando aditivos que mejoren la respuesta inmune y trabajos colaborativos para la reducción de Caligus. Asimismo, estamos trabajando en dietas para que los peces enfrenten de mejor forma problemas asociados a los efectos del cambio climático”, remarca Sánchez.

Sin duda el desarrollo de diferentes complementos y estrategias nutricionales tienen un impacto positivo en los desafíos productivos, sanitarios y ambientales de la industria. Y, es que la nutrición acuícola ha cambiado mucho desde sus inicios, no solo por el tránsito de un número limitado de materias primas -en su mayoría de origen marino- a una gran variedad de ingredientes, sino también por el cambio hacia un enfoque centrado en los nutrientes.

En el caso de las dietas desarrolladas por Salmofood, los productores han ido logrando mejores tasas de crecimiento y mejores factores de conversión, lo que a su vez significa menos materia orgánica (alimento no consumido y fecas) en el fondo marino.

“Nada de esto sería posible sin la innovación y el desarrollo de investigación. En el CEA hemos logrado hitos como la creación de una dieta totalmente libre de proteínas y lípidos marinos, utilizando fuentes alternativas de omega-3. Fue un trabajo serio y de varios años, pues contempló análisis durante toda la cadena, es decir, desde la formulación de la dieta hasta la calidad del producto final (filete), demostrando que es posible producir dietas sin insumos hidrobiológicos y hacer que el pez contenga los niveles de EPA y DHA que se requieren para nutrir bien a la población mundial”, resalta Sánchez.

Con todo, para Salmofood transformar la acuicultura para nutrir el mañana es un desafío que lleva a investigar, permanentemente, lo que puede generar una economía sustentable y sostenible en el tiempo, teniendo en cuenta a las personas, el bienestar animal y el medioambiente.

“Tenemos firmados acuerdos colaborativos con instituciones como la Universidad Austral, la UCT, UdeC y USS, desarrollando proyectos en conjunto y recibiendo estudiantes en pasantías o prácticas. Por otro lado, mantenemos nuestro vínculo con Fundación Chile, esperando en un futuro colaborar con ensayos para otras especies, aparte de salmónidos”, remarca el Jefe de I+D.

“Más del 60% del personal que trabaja en el CEA es de la zona de Puerto Montt. Además, siempre buscamos vincularnos con servicios y proveedores cercanos, porque estamos convencidos que el desarrollo debe ir vinculado al territorio donde se opera. Por lo demás, al menos, una vez al mes, realizamos jornadas de limpieza de playas, como también nos vinculamos a través de actividades con la Escuela Rural Care”, agrega.

Por lo pronto, el CEA de Salmofood espera continuar ampliando su trabajo colaborativo junto a proveedores y actores de la industria que impulsen el desarrollo local, como también seguir mejorando las dietas desarrolladas, introducir más tecnología e inteligencia artificial a sus operaciones e implementar iniciativas de economía circular.

Por: Ricardo Alvarez G. Mundo Acuícola