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Legado tecnológico:

Acuicultura en zonas de alta energía

El Programa Tecnológico Estratégico para el Desarrollo de la Acuicultura Oceánica (PTECAO) contribuyó al desarrollo de nuevas tecnologías adaptadas a condiciones de cultivo desafiantes.

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El Programa Tecnológico Estratégico para el Desarrollo de la Acuicultura Oceánica (PTECAO), iniciado en 2019 bajo el Programa Estratégico Mesoregional de Corfo, ha sido clave para la evolución de la acuicultura en Chile. Con un enfoque en zonas de alta energía y condiciones ambientales extremas, este proyecto ha logrado integrar tecnología innovadora para la producción de peces en áreas expuestas al oleaje, fuertes corrientes y vientos, hasta ahora poco aprovechadas por la industria.

El PTECAO se centró en dos centros de cultivo, Quillaipe y Pirén, operados por Granja Marina Tornagaleones (GMT), donde se implementaron soluciones para enfrentar vientos de hasta 60 km/h y olas de hasta 6 metros. Gonzalo Romero, gerente del proyecto, destacó los desafíos que enfrentaron en el proceso: “Este programa no solo buscaba cultivar salmones en condiciones oceánicas, sino demostrar que las plataformas tecnológicas desarrolladas podían resistir condiciones extremas, brindando soluciones a largo plazo para la acuicultura en zonas remotas”.

El financiamiento, con un total de 15.500 millones de pesos (75% privado y 25% público), permitió la colaboración con empresas clave como Walbusch, Aquarov y AST Networks. Cada una de estas empresas aportó soluciones tecnológicas en balsas, robótica submarina y domótica, respectivamente, para optimizar el cultivo en condiciones desafiantes.

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Gonzalo Romero, gerente de proyecto PTECAO

Romero explicó que, más allá de los resultados productivos, uno de los grandes logros del programa fue la creación de una red sólida de proveedores nacionales. "Uno de los principales objetivos del consorcio fue generar condiciones para fortalecer tanto la industria primaria como la secundaria de la acuicultura chilena. Este esfuerzo ha abierto las puertas para que las empresas nacionales puedan expandir su oferta de productos y servicios, tanto a nivel local como internacional", afirmó.

Uno de los hitos tecnológicos más destacados del PTECAO fue la instalación de la primera jaula de 80 x 80 metros, una estructura única en el mundo, capaz de soportar las condiciones extremas de las zonas oceánicas donde se ubicaron los centros de cultivo. Walbusch, una de las empresas proveedoras clave, desarrolló esta jaula junto con nuevas líneas de fondeo que mejoraron la estabilidad de las instalaciones en aguas agitadas.

En términos de resultados productivos, el PTECAO demostró que es posible mejorar el bienestar animal y la sostenibilidad de la acuicultura. La tasa de crecimiento de los peces y la mortalidad se mantuvieron dentro de parámetros óptimos, lo que subraya el potencial de la acuicultura oceánica para transformar la industria acuícola chilena.

Uno de los desafíos de la industria acuícola ha sido la falta de tecnologías que permitan operar en zonas más alejadas de la costa, donde las condiciones son mucho más duras. Según Romero, “la ingeniería de balsas-jaulas, la domótica y la robótica han ofrecido garantías que antes no existían, permitiendo aprovechar concesiones en áreas que nunca antes se habían explotado debido a las duras condiciones ambientales”. Estas tecnologías no solo podrían aplicarse en la salmonicultura, sino también en el cultivo de nuevas especies acuícolas, expandiendo la diversificación productiva.

El impacto del PTECAO no se limita a Chile. Las tecnologías desarrolladas bajo este programa han generado interés a nivel internacional. Romero indicó que, en los próximos años, el enfoque estará en exportar estas soluciones tecnológicas a mercados globales. “Ya hemos comenzado conversaciones con países que practican la acuicultura oceánica. Creemos firmemente que las innovaciones logradas aquí pueden competir en el mercado global y contribuir a la economía del conocimiento”, destacó.

Las innovaciones del programa también han sido fundamentales para el desarrollo de sistemas de monitoreo y control de variables productivas y ambientales. La robótica submarina y los sistemas de telemetría permiten una supervisión continua y en tiempo real de los centros de cultivo, garantizando el bienestar de los peces y mitigando los riesgos asociados con cambios abruptos en las condiciones ambientales.

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Otro aspecto relevante del PTECAO ha sido su enfoque en la sustentabilidad. Desde su inicio, el programa ha trabajado en el desarrollo de tecnologías que minimicen el impacto ambiental de la acuicultura. Esto incluye sistemas de alimentación adaptados a condiciones de alta energía y sistemas de manejo de mortalidad que aseguran una recolección eficiente de desechos.

La implementación de soluciones domóticas ha sido otro avance significativo, facilitando el control remoto de las operaciones acuícolas y permitiendo que los operadores monitoreen todos los aspectos del cultivo desde ubicaciones centralizadas. Esta integración tecnológica ha sido clave para la eficiencia y seguridad de las operaciones.

Finalmente, Romero subrayó que el legado del PTECAO va más allá de sus logros tecnológicos inmediatos. “Este programa ha sido un punto de inflexión para la acuicultura chilena. No solo hemos demostrado que es posible cultivar peces en zonas de alta energía, sino que hemos creado una plataforma tecnológica que seguirá evolucionando y que tiene el potencial de transformar la acuicultura a nivel global en los próximos años”, concluyó.