Salmonicultura

La Patagonia ensaya biodiésel a partir de residuos de la salmonicultura

La Universidad de Magallanes, el CIEP y la Seremi de Energía de Aysén validaron en Punta Arenas procesos para producir biodiésel desde aceite obtenido de la mortandad del salmón, avanzando hacia una futura planta piloto regional.
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La Universidad de Magallanes y el Centro de Investigación CIEP de Aysén, se vincularon en torno a un proyecto multisectorial e interregional que busca valorizar el aceite proveniente de la industria salmonera para producir un combustible alternativo en la región austral. La iniciativa de 28 meses de investigación aplicada, culminó con el desarrollo de pruebas técnicas a escala piloto en Punta Arenas.

La producción de biodiésel a partir de residuos industriales avanza en la Patagonia. Este mes de noviembre, equipos de la Universidad de Magallanes (UMAG), la Seremi de Energía de Aysén y el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) realizaron una transferencia tecnológica en el Centro de Estudio de Recursos Energéticos (CERE-UMAG), donde validaron procesos claves para transformar aceite derivado de la mortandad del salmón en un combustible alternativo.

Esfuerzo multisectorial

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El proyecto forma parte de cinco iniciativas que la Seremi de Energía de Aysén propuso en 2022 al Gobierno Regional de dicha región, con el fin de abordar problemas energéticos locales mediante soluciones innovadoras y sustentables. Para la seremi Pamela Cárdenas Seguel, se trata de un esfuerzo “multisectorial que cuenta con financiamiento del Gobierno Regional, pero además con la participación del CIEP, de la Universidad de Aysén y la colaboración de la Universidad de Magallanes, que fue crucial con su aporte desde la experiencia y la especialidad en producción de biodiésel a partir de residuos”.

Cárdenas enfatizó que hoy la meta es “desarrollar una planta piloto a mayor escala que valide el proceso, y evalúe el potencial productivo en la región, además de superar desafíos técnicos como la calidad del aceite”. Y subrayó el impacto estratégico de esta iniciativa en Aysén, “primero en reducir riesgos ambientales, en complementar el uso de diésel, en fortalecer la resiliencia energética, impulsar la economía circular y la sustentabilidad de la industria local”.

28 meses de investigación desde el laboratorio al reactor piloto

El estudio se originó cuando el Gobierno Regional y el CIEP conocieron los resultados de dos proyectos previos desarrollados en la UMAG, enfocados en valorizar aceites de desecho, incluyendo aceite de pescado y aceite usado. La ingeniera del CERE y especialista en recurso eólico, María Rosa Gallardo, recuerda que allí identificaron una oportunidad directa para Aysén.

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Según explicó, “ellos tienen una problemática que se refiere a los desechos de la mortandad del salmón. Es demasiado lo que tienen y se le podía dar algún uso”, explica. Esa constatación llevó a solicitar a la UMAG una propuesta para estudiar la factibilidad de producir biodiésel, a partir del aceite extraído de estos residuos.

La propuesta fue aceptada y el proyecto comenzó a ejecutarse hace 28 meses, combinando trabajo de laboratorio con ensayos progresivos a escala mayor. “A escala de laboratorio se trabaja en tubos de ensayo chiquitos. Pero sabíamos que para la escala piloto el Departamento de Química cuenta con un reactor para producción de biodiésel, que requiere 380 litros de aceite de pescado”, detalla Gallardo. Para ello fue necesario adquirir aceite apto, y adaptarlo a las condiciones del reactor.

La transferencia tecnológica desarrollada esta semana en Punta Arenas permitió mostrar a los mandantes todas las etapas del proceso. El programa técnico del encuentro incluyó reacciones de esterificación, drenaje de glicerina, lavado y secado del biocombustible, así como la finalización de la obtención de biodiésel en el reactor BioPro 380. También se revisaron proyectos energéticos futuros del CERE y ensayos de emisiones.

Recuperar residuos y abrir oportunidades

Para el ingeniero civil mecánico del CIEP Patricio Campos Cisternas, lo más relevante ha sido demostrar la viabilidad de transformar un residuo problemático en un recurso energético con potencial regional. “Poder demostrar que es técnicamente factible llevar a cabo un proceso de recuperación de residuos de una industria tan importante en la región como es la salmonera es el punto más relevante”, afirma. Esta factibilidad permitiría impulsar nuevas iniciativas para mejorar la eficiencia de procesos industriales, y reducir sus impactos.

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Además, Campos no descarta implicancias económicas futuras si se consolidara una cadena de producción local de biodiésel. “En la medida que uno pueda revalorizar los residuos, efectivamente puede encontrar aplicación al producto. Uno podría pensar en generadores de sectores aislados, en autogeneración y en disminuir la huella de carbono de muchos procesos”.

Sobre el trabajo colaborativo con la UMAG, aseguró que fue “impecable, un placer, un gusto poder trabajar con los investigadores de aquí. La entrega del conocimiento, la ayuda constante, es justamente ese trabajo interdisciplinario lo que enriquece este tipo de investigaciones”.

Próximos pasos: hacia una planta piloto y evaluaciones regionales

Tras las pruebas técnicas realizadas en Punta Arenas, el proyecto avanza hacia su siguiente etapa: evaluar la factibilidad de instalar una planta piloto de mayor escala que permita validar los procesos y cuantificar el potencial productivo en Aysén. Este paso será clave para determinar la sustentabilidad técnica, ambiental y económica de un combustible derivado de residuos locales. Mientras tanto, el trabajo conjunto entre la UMAG, la Seremi de Energía, la Universidad de Aysén y el CIEP continúa consolidando un modelo de colaboración científico-tecnológica en el extremo austral del país, orientado al desarrollo energético responsable y al fortalecimiento de la economía circular.