Investigación en alimento vivo para el Turbot
La búsqueda de una alternativa local al uso de artemia ha llevado a la UPA a investigar el potencial del picoroco como alimento vivo.

Uno de los pilares más sensibles en el cultivo de peces marinos es la alimentación en las primeras etapas de vida. Las especies como el turbot requieren dietas vivas altamente especializadas, ya que sus larvas, de apenas tres milímetros, no pueden consumir alimentos inertes desde el nacimiento. Durante años, la Unidad de Producción Acuícola (UPA) ha trabajado con rotíferos y nauplios de un pequeño crustáceo llamado artemia (Artemia salina) que, si bien son estándares en la industria, presentan serias limitaciones nutricionales y logísticas.
La situación se ha vuelto aún más crítica debido a la disminución global de la producción de artemia, producto de los efectos del cambio climático sobre los grandes lagos salinos donde se cultiva, especialmente en Estados Unidos. “Cada vez se produce menos artemia, y el 90% de lo que se produce se destina al cultivo de camarones”, explica Pineda, quien advierte que la disponibilidad es cada vez menor y su precio, más elevado.
Frente a este escenario, el equipo de la UPA ha iniciado una línea de investigación pionera centrada en el picoroco, un pequeño crustáceo marino local cuya larva —en estado de nauplio— es morfológicamente similar a la artemia pero con un valor nutricional mucho más alto. “Un picoroco grande puede producir un millón de larvas”, destaca el investigador.
Este nuevo alimento vivo se proyecta como una alternativa más económica, sustentable y eficiente, y abre una oportunidad para desarrollar una solución local frente a una dependencia externa cada vez más incierta.
Visibilización
A pesar de contar con más de dos décadas de experiencia en el cultivo de turbot y el desarrollo de tecnologías asociadas, el trabajo de la Unidad de Producción Acuícola (UPA) en Metri ha permanecido en gran medida fuera del conocimiento público. En ese contexto, la invitación a participar en el documental Agua Viva fue valorada como una oportunidad clave para visibilizar una acuicultura distinta, más allá del salmón y los choritos, protagonistas habituales del discurso sectorial en Chile.
Agua Viva es una serie documental de ocho capítulos que retrata las diversas dimensiones de la producción acuícola en el país. En uno de sus episodios se recoge la experiencia de la UPA en el cultivo de turbot, mostrando el trabajo técnico, científico y formativo detrás de esta especie no tradicional. El estreno de la producción, que recorre diferentes sectores del país, está programado para este sábado 31 de mayo a las 19:00 horas por las pantallas de Mega.
Pineda es claro al reconocer que ninguna especie, al menos en el corto plazo, podrá igualar al salmón en volumen o rentabilidad. Sin embargo, plantea una visión complementaria: “La diversificación de la acuicultura hay que plantearla como una suma de pequeñas especies de cultivo —corvina, lenguado, turbot, esturión— que en su conjunto puedan generar retornos relevantes”. Es en esa lógica que se enmarca el trabajo de la universidad: no competir con el salmón, sino crear una acuicultura más diversa, resiliente y descentralizada.
