Ventisqueros conecta con la pesca artesanal y muestra su innovación
Día de los Patrimonios: pescadores de Caleta Anahuac visitaron la planta Chincui de Ventisqueros y su sala de alimentación remota.
En el marco del Día de los Patrimonios, una delegación de pescadores artesanales de la Caleta Anahuac recorrió la planta de procesos Chincui de Ventisqueros, ubicada en el sector de Chinquihue. La iniciativa buscó acercar a los pescadores al corazón de la cadena de valor del salmón, fomentando el intercambio de conocimientos sobre tecnologías de procesamiento, estándares de calidad y prácticas de sostenibilidad que hoy marcan pauta en la industria.
Raúl Salvatierra, encargado de Relacionamiento Comunitario de Ventisqueros expresó que esta actividad fue una instancia más de vinculación con los “vecinos” de Caleta Anahuac. “Parte importante de esta invitación fue poder continuar el trabajo junto a ellos en nuevos proyectos. En base a eso surgen nuevas ideas y áreas de trabajo con el sindicato. Una de ellas es prestarles asesoría técnica en lo que es su planta de procesos”, comentó Salvatierra.
En tanto, el presidente del sindicato de pescadores artesanales de Anahuac, Juan García, indicó que “es impresionante el nivel de tecnología que aplica Ventisqueros para llegar al consumidor final, en la trazabilidad de sus productos, alimentación remota y cuidado del medioambiente, entre otros. Esto permite también despejar muchos mitos referente a la opinión que uno pueda tener en cómo está trabajando la industria del salmón”.
Agregó el representante gremial que “creo que la ayuda profesional que nos puede prestar Ventisqueros sería súper relevante, sobre todo para optimizar la calidad de los alimentos que procesamos. No ponemos la calidad en juego, pero la forma de hacerlo necesita apoyo profesional, y Ventisqueros se ha ofrecido a apoyarnos, así que estamos agradecidos”.
Trazabilidad e inocuidad alimentaria
Desde la pasarela Sky View, los visitantes observaron la línea continua que transforma salmón vivo en filetes premium en menos de dos horas, gracias a un flujo diseñado para maximizar calidad, trazabilidad y bienestar animal.
El circuito parte en el área de sacrificio, donde el salmón del Atlántico se aturde mediante un golpe preciso para evitar dolor y se desangra antes de la apertura abdominal. Cada pez ingresa identificado por jaula y centro de cultivo; dos balanzas dinámicas registran su peso y marcan el inicio de la trazabilidad, lo que permite rastrear cualquier lote hasta sus vacunas y dieta de engorda. Las vísceras se extraen por succión y se depositan en tolvas cerradas para valorización externa, manteniendo la inocuidad del proceso.
A continuación, el pescado pasa al chiller: un estanque de agua de mar refrigerada que lo lleva de 12 °C a 0 °C en apenas dos horas. El enfriamiento ultrarrápido evita crecimiento microbiano y permite filetear el salmón pre-rigor, conservando textura y color; este atributo es la ventaja competitiva clave de la planta . Durante la temporada agosto-diciembre se incorpora salmón coho, cuyo músculo más delicado exige un breve reposo antes del despinado manual.
En la línea secundaria existe automatización del corte de cabeza y costillas, mientras otras máquinas regulan el nivel de espinas y otros dispositivos retiran la grasa dorsal para cumplir especificaciones de mercados exigentes como Japón . El esqueleto pasa a una línea de pulpa inaugurada en 2024, donde se raspa de forma artesanal con cuchara. Así, nada del pez se desperdicia, cumpliendo cada producto con diferentes funciones.
Los visitantes valoraron la ergonomía del personal, que rota “en espejo” para evitar fatiga, y el riguroso código de colores que separa funciones de higiene y producción.
Sala de alimentación remota
Los pescadores además visitaron la sala de alimentación remota dirigida por Benito Flores, jefe de Alimentación. Equipada con cámaras de alta definición y software de inteligencia artificial, la sala permite que los operadores alimenten simultáneamente centros de cultivo ubicados en distintos lugares del sur de Chile, entre ellos, Telele, Antepulli, Meulín, Matao y Astilleros.
El sistema cuenta con tecnologías como una advertencia cuando detecta pellet flotando más de unos segundos, evitando sobrealimentación, reduciendo costos y previniendo impactos ambientales en el fondo marino. Además, sensores instalados en cada jaula envían datos de temperatura y oxígeno cada cinco minutos, lo que permite ajustar raciones y proteger la salud de los peces.
La jornada concluyó con un intercambio sobre oportunidades de colaboración: los pescadores expresaron su interés en aplicar buenas prácticas de trazabilidad, inocuidad alimentaria y valorización de subproductos mediante capacitaciones de la empresa. La visita, organizada como actividad patrimonial, consolidó el vínculo entre la pesca artesanal y la industria salmonera, proyectándolas como socios estratégicos de una misma cadena alimentaria.
