PTEC Ostra Japonesa impulsa diversificación con enfoque territorial, social y sostenible
El programa PTEC Ostra Japonesa proyecta duplicar su producción y ampliar beneficiarios, con enfoque territorial y diversificación acuícola.
En el contexto del Summit Acuícola 2025, realizado en Puerto Varas, el gerente del Programa Tecnológico Estratégico (PTEC) Ostra Japonesa, Alex Poblete, presentó un balance positivo del año 2024 y anticipó las metas que proyectan para este 2025. En conversación con Mundo Acuícola, Poblete valoró los avances logrados y recalcó que están en pleno proceso de levantar “una actividad productiva que prácticamente estaba en cero”.
En el marco de este programa, el beneficiario es la Universidad Católica del Norte y cuenta con los co-ejecutores: Fundación Chinquihue, Cultivos Nanaku y Centro AquaPacífico, además de Minera Los Pelambres como asociada.
Durante 2024, la producción de semillas de ostra japonesa en el marco del programa pasó de 180 mil unidades en 2023 a 1,5 millones, lo que representa un aumento cercano al 800%. En paralelo, también creció la cantidad de beneficiaros activos: de solo tres en 2023 a 24 a fines de 2024. “Eso equivale más o menos al 700% de crecimiento en clientes, lo que para nosotros es un muy buen indicador de que vamos por el camino correcto”, explicó.
Las metas para este año son ambiciosas: duplicar la producción del año anterior y aumentar en al menos un 30% el número de beneficiarios. Hoy el programa tiene presencia en ocho regiones del país, desde Iquique hasta Los Lagos. Esta última concentra más del 55% de la producción, debido a que ya existe una cultura de cultivo vinculada al trabajo de los mitilicultores. “Es muy fácil transformarse a la ostricultura, y aprovecharnos de ese conocimiento nos permite avanzar”, comentó Poblete.
Uno de los pilares operativos del PTEC es la subvención al precio de la semilla, con el objetivo de facilitar el acceso a quienes cultivan. “Si la semilla costaba 150 pesos la unidad, hoy día con el programa tú puedes bajarla a unos 110, 120 pesos. Eso es lo que te subvenciona el programa por los cinco años que se esté trabajando trabajando”, señaló. Poblete fue enfático en que este mecanismo busca construir una base comercial.
Durante el año pasado, el programa realizó entregas de semillas y actividades de transferencia tecnológica en localidades como Ancud, Calbuco, Puerto Montt, Puerto Varas y Coquimbo, donde cultivadores y sindicatos de pescadores han comenzado a incorporar la ostra japonesa en sus sistemas productivos.
Oportunidad
El modelo apunta a que quienes cultiven esta especie puedan, por el momento comercializarla en el formato fresco (la ostra al plato, utilizada en cócteles o aperitivos) como la exploración de un producto con mayor valor agregado: la conserva.
Es importante menciona que los cultivos de Ostra japonesa desaparecieron prácticamente de Japón tras el tsunami de 2011. Por eso, uno de los ejes del programa es aprovechar esa oportunidad internacional, pero con un enfoque de base territorial.
Sobre el futuro del cultivo de ostras en Chile y su aporta a la diversificación, Poblete es realista pero optimista. “Hay muchas especies que se pueden cultivar, pero hacer ese escalamiento que llegue a fortalecer otro sector productivo es muy difícil. Nosotros, que no somos salmoneros ni mitilicultores, sabemos que es complicado”.
Para que esto funcione, enfatizó, es clave la articulación entre múltiples actores: “Se necesita mucho del Estado, de las empresas privadas, de los particulares, mucho trabajo con las APE, con las AMER. Si eso se conjuga bien, puede resultar una muy buena alternativa para la acuicultura nacional”.
