Loreto Seguel: “Esta industria le cambió la cara al sur de Chile”
Desde la FAO, Loreto Seguel destacó el liderazgo del salmón chileno y llamó a impulsar una política de Estado para proyectar la industria.
La presidenta ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel, conversó con Emol TV mientras participaba en el Comité de Agricultura de la FAO, en Roma, último hito de una gira que la llevó por Osaka, Beijing, Londres y Edimburgo antes de volar a París. Desde la capital italiana subrayó la relevancia de la salmonicultura para Chile y reclamó una política de Estado que proyecte el sector.
A través de esta plataforma, la representante gremial recordó que “el salmón chileno, además, es nuestro segundo producto de exportación después del cobre”. La industria produce cerca de un millón de toneladas al año y exporta a más de cien mercados por más de US$ 6.500 millones.
Gira global
La ruta partió en Japón: “Japón es el segundo mercado más importante del salmón chileno”, afirmó. En Osaka, “se lo dijo el primer ministro japonés al presidente Boric, que era importante el sushi japonés, pero porque tenía salmón chileno”. La delegación pasó luego por Beijing, donde se reunió con la ministra de Aduanas; en Londres sostuvo un encuentro con el Global Salmon Initiative y la embajadora Jimena Fuentes; y en Edimburgo dialogó sobre cooperación técnica y liderazgo femenino con la red WISA.
En Roma, Seguel constató el interés de los delegados: “Cuando uno dice que viene de la industria salmonicultura chilena, no hay persona que no se acerque, que no te pregunte, que no quiera saber en qué está esta industria”. Añadió que el salmón Coho —“un producto que hoy día el 95 % se produce en Chile”— atrae atención porque “se enferma menos, se demora menos tiempo en producir en el mar, y tiene muchas bondades”.
La gira concluirá en París, donde la dirigenta asistirá a la asamblea anual de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Allí acompañará a la doctora Alicia Gallardo, “primera mujer latinoamericana —mujer y además chilena— (que) está liderando la Comisión de Acuáticos del Mundo, y eso nos pone tremendamente orgullosos”, explica Seguel.
Política pendiente
Seguel insistió en que la buena reputación internacional contrasta con trabas internas. “Hoy día estamos congelados. En países como Italia me dicen: ‘No encontramos salmón chileno, queremos salmón chileno’”, advirtió. Por ello llamó a articular al Estado y al sector privado: “Tenemos el desafío y la obligación, el mundo público, político, privado, la sociedad civil, de sentarnos en Chile y poder establecer una política de Estado que nos permita proyectar el segundo producto más relevante de Chile”.
La dirigenta dedicó varios minutos a derribar “mitos” sobre la actividad. Subrayó que “el 60 % del alimento de los salmones es de proteína vegetal, y eso cambió el escenario. Ya no ocupamos ni aceite marino, ni proteína marina”; además, las certificaciones para ingresar a EE. UU., Japón, Brasil o Vietnam demuestran “altos estándares sanitarios, de inocuidad y bienestar animal”. “Yo diría que esos mitos que existen son responsabilidad de nosotros irlos derribando, pero con rigurosidad técnica, con datos duros y puros”, añadió.
Aranceles
Respecto de los aranceles anunciados por la administración estadounidense, Seguel reconoció preocupación, pero destacó la gestión público-privada: “Estamos conscientes de que el Gobierno está haciendo todos los esfuerzos; a nosotros, por supuesto, nos preocupa, es el primer mercado, pero nos estamos, como digo yo, preocupando, pero también ocupando”. Recordó que la cadena es interdependiente, pues parte de la proteína vegetal que alimenta a los peces proviene de EE. UU. y buena parte del salmón chileno se procesa en plantas estadounidenses.
Finalmente, recalcó la resiliencia del sector: “Somos una industria resiliente, somos una industria que aprende del pasado”; ejemplo de ello, dijo, fue la respuesta a la crisis del virus ISA, experiencia que impulsó la diversificación de mercados y la mejora de los estándares que hoy exhibe la salmonicultura chilena, “somos la industria que le cambió la cara al sur de Chile”.