Jóvenes innovando para una industria sostenible
Nuevas generaciones apuestan por la ciencia y la innovación para transformar la acuicultura en una actividad más eficiente, limpia y sostenible.
Chile es un actor central en la producción acuícola global. La salmonicultura y la mitilicultura aportan miles de toneladas de productos al mercado mundial, pero también enfrentan cuestionamientos ambientales, exigencias sanitarias y desafíos operacionales crecientes.
En este escenario, una nueva ola de emprendedores jóvenes ha comenzado a visibilizarse en el ecosistema de innovación vinculado a la industria. Se trata de iniciativas que nacen desde universidades, incubadoras tecnológicas y hubs regionales, y que buscan resolver, con ciencia aplicada y modelos de negocio sostenibles, algunos de los problemas estructurales que afectan a la salmonicultura y la mitilicultura chilena.Lo llamativo de estas propuestas no solo radica en su componente tecnológico, sino también en su enfoque preventivo, en la revalorización de residuos o en el uso de fenómenos físicos para reducir el uso de químicos y antibióticos. Pero, por sobre todo, lo destacable es la convicción con que estos equipos —integrados mayoritariamente por estudiantes, egresados y jóvenes profesionales— están apostando por una acuicultura más limpia, más eficiente y alineada con la sostenibilidad.
En este reportaje se presentan tres de estos proyectos. El primero es DeValor, una startup que, con base en Puerto Varas, está abocada al estudio de la larva de mosca soldado negro con el objetivo de generar un aditivo funcional para salmones; le sigue el proyecto Sistema Integrado de Reciclaje para Bivalvos (SIRB), enfocado en el reciclaje de conchillas para su posterior conversión en productos sostenibles; y, finalmente, Sonicali, un desarrollo que emplea ultrasonido para eliminar el piojo de mar de forma no invasiva. Juntos, estos proyectos reflejan una tendencia clara: la juventud chilena ve en la acuicultura no solo una fuente de empleo, sino un campo fértil para innovar con impacto.
DeValor: insectos como aliados para reducir antibióticos en salmones

La startup chilena DeValor, con sede en Puerto Varas y alojada en el Patagonia Biotech Hub, está desarrollando una solución basada en insectos para reducir el uso de antibióticos en la salmonicultura chilena. La iniciativa surge en un contexto complejo: si bien el uso de antibióticos genera debate social, en muchos casos sigue siendo una medida necesaria por razones sanitarias y de bienestar animal.
En particular, los ecosistemas del sur austral chileno albergan patógenos específicos como Piscirickettsia salmonis, causante del Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS), principal responsable de las mortalidades infecciosas en la industria. A pesar de avances en vacunas y bioseguridad, los tratamientos antibióticos siguen siendo una herramienta utilizada en la mayoría de los centros productivos.
Frente a esto, DeValor propone una alternativa biológica. Su tecnología se basa en la utilización de larvas de mosca soldado negro (Hermetia illucens), de las cuales se extraen compuestos antimicrobianos naturales con potencial para integrarse a la dieta de los salmones como aditivos funcionales.
Gonzalo Urquieta, director técnico y de estrategia de DeValor, detalla que han explorado diversos organismos, pero se han focalizado en insectos por sus propiedades bioactivas. “Creemos que podemos aportar con nuestro conocimiento y nuestras capacidades en la disminución del uso de antibióticos, a partir de la extracción de compuestos antimicrobianos naturales presentes en estas larvas”, explica, añadiendo que ya han logrado caracterizar parcialmente dichos compuestos y su acción antimicrobiana.
Sebastián González, CSO de la startup, profundiza en la estrategia de desarrollo: “Ya hemos avanzado significativamente en la caracterización y aislamiento de los componentes bioactivos de la larva de mosca soldado negro. Nuestro objetivo es medir su impacto con precisión y comprender su acción para así aplicarlos efectivamente en salmones a través de un aditivo”.
El equipo también contempla complementar esta estrategia con otras tecnologías que potencien el rendimiento de los bioactivos. “Vemos que existe un gran abanico de potenciales opciones para aumentar el rendimiento de bioactivos en las larvas”, puntualiza González.
Juan Rozas, CEO de DeValor, subraya la pertinencia del enfoque considerando las particularidades sanitarias de Chile. “Chile, por su cualidad de isla geográfica, donde tenemos la cordillera, el desierto y el océano alrededor, hace que existan animales y especies únicos en el mundo, pero también bacterias que solo están aquí, como Piscirickettsia salmonis. Esta bacteria afecta a la industria acuícola y es la causal del uso del 93% de antibióticos. Si bien la industria ha avanzado mucho en alternativas para combatirla, sigue dependiendo de estos fármacos como última medida. Nuestra solución viene a entregar una alternativa nueva que mejorará la salud de los salmones y evitará el uso de antibióticos”.
SIRB: aportando a la producción limpia de la mitilicultura
En paralelo al crecimiento de la industria mitilicultora chilena, se ha generado un problema ambiental de proporciones: el exceso de caparazones (conchitas) de choritos, que no se exportan y se acumulan en el territorio. En Chile se producen más de 409 mil toneladas de bivalvos al año, de las cuales el 95% se exporta congelado sin concha. Como consecuencia, más de 300 mil toneladas de residuos —compuestos en un 99,98% por carbonato de calcio— quedan en el país, y en su mayoría terminan en vertederos, los que por cierto no abundan en la zona de cultivo de esta especie (Chiloé).
En respuesta a este problema surge SIRB (Sistema Integrado de Reciclaje para Bivalvos), una iniciativa que propone una alternativa circular y sustentable: transformar estos residuos en carbonato de calcio de alta pureza a través de procesos físico-químicos de bajo impacto ambiental. Su objetivo es reemplazar el uso de piedra caliza, más densa y contaminante, en industrias que utilizan este mineral como materia prima, incluyendo construcción, farmacéutica, química, agroindustria y electrónica.
El proyecto se fundamenta en datos no menores. El 87,5% de los caparazones termina en vertederos, generando contaminación, malos olores, proliferación de plagas y emisión de metano. Además, esto afecta la calidad de vida en localidades como Chiloé y representa un obstáculo para nuevas inversiones en plantas procesadoras, al no cumplir los estándares ambientales.
La propuesta de SIRB no solo implica una solución ambiental, sino que apunta a una revalorización económica. A través de un modelo de negocio diversificado, la startup ofrecerá servicios de gestión de residuos a plantas como Robinson Crusoe o Camanchaca, y venderá el producto reciclado como insumo industrial. También contempla la fabricación de filtros de agua para metales pesados, fertilizantes a base de fosfato de calcio, y exportación directa del carbonato.
A diferencia de iniciativas previas que utilizan calcinación —un proceso intensivo en energía y emisiones—, SIRB está en pleno desarrollo de un método más limpio, que aprovecha la mayor pureza del caparazón en comparación con la piedra caliza y reduce los costos de procesamiento. Así, SIRB no solo propone resolver una externalidad negativa de la industria mitilicultora, sino convertirla en un recurso clave para múltiples sectores productivos, con beneficios ambientales, sociales y económicos.Sonicali: ultrasonido para controlar el caligus
Cuando Jean Fuentes y su equipo pensaron en cómo enfrentar el problema del caligus —el parásito que más daño genera en los centros de cultivo de salmón—, no optaron por fármacos ni químicos, sino por retomar una idea que sonaba audaz: usar ultrasonido. Así nació Sonicali, una startup que hoy cuenta con seis socios y una propuesta tecnológica de alto nivel, cuyo corazón es un sistema inteligente de ondas que elimina el piojo de mar en sus primeras etapas de desarrollo.
"Cuando nos dimos a conocer a la industria, en un Demo Day organizado por Imagine Waves en Puerto Varas el 2023, estábamos en una fase muy de idea de prototipo, de cómo solucionar este problema. Sabíamos que podía funcionar, pero faltaba demostrarlo, y a partir de ahí nos pusimos a investigar mucho", relata Jean Fuentes, cofundador.
El equipo se instaló en su universidad, levantó capital semilla en concursos universitarios y destinó todo el año 2024 a validar el fenómeno. “Logramos matar parásitos completamente en laboratorio, también determinar qué tipo de ondas tienen mejor efectividad, en términos de frecuencia, potencia, etc.”
El sistema diseñado por Sonicali incluye emisores ultrasónicos que se instalan bajo las jaulas, así como también sensores de corriente, temperatura y salinidad, y un software propio que controla las ondas para que no salgan del perímetro. "La onda particular que estamos utilizando no afecta a otras especies ni sale de la jaula", asegura Fuentes.
Respecto al modelo de negocio para la industria, Jean explica que se tiene pensado ofrecer Sonicali como un servicio, es decir, instalación, operación y mantenimiento por una tarifa mensual, asegurando control total del sistema. La lógica es preventiva: eliminar al caligus cuando aún es larva, antes de que se adhiera al salmón.
Tras validar en laboratorio, ahora están planificando una prueba en estanques con salmones vivos. “Queremos probar todo antes de pasar a jaulas en mar. Si todo va bien, estaríamos en condiciones de ofrecer nuestro servicio con importantes productoras con las que ya hemos tenido acercamientos y saben lo que estamos haciendo”, dice Fuentes.
A la par, el equipo ha fortalecido sus competencias: uno de sus miembros fue a investigar a la Universidad de Texas, otro a Stanford, y han contado con mentores de alto nivel. Asimismo, Jean destaca que su relación con la industria salmonera y el apoyo por parte de esta ha sido muy colaborativa. "Desde el día uno nos respondieron las salmoneras, incluso cuando no teníamos nada. Ahora estamos mucho mejor preparados", concluye.