Planta Blumar Magallanes: resiliencia y compromiso con el empleo en el extremo sur
Mundo Acuícola visitó las instalaciones de la compañía en Punta Arenas, constatando la reactivación productiva, el apoyo a la comunidad local y las perspectivas de crecimiento en la región.
En febrero de 2024, un voraz incendio consumió la moderna planta de procesamiento de salmón Entrevientos, en Punta Arenas (joint venture entre Blumar y Multi X), dejando a cerca de 750 trabajadores sin su fuente laboral. Ante este imprevisto, se activaron estrategias para ir en apoyo de los trabajadores y, al mismo tiempo, responder a la demanda de procesamiento de los salmones cosechados desde los centros de cultivo de la zona.
En el caso de Blumar, la respuesta a este último desafío llegó a mediados de 2024, cuando la compañía adquirió en arriendo la ex-planta Torres del Paine (propiedad de otra productora), instalación más antigua y de menor capacidad que Entrevientos, pero estratégica para absorber la demanda de procesamiento y reincorporar a un número significativo de excolaboradores.
Así, en enero de 2025, Mundo Acuícola visitó las dependencias de la Planta Blumar Magallanes para constatar, en terreno, la recuperación de este eje productivo y dialogar con Marco Cisternas, subgerente de Procesamiento de Blumar Magallanes y ex-subgerente de la planta Entrevientos.
“En Entrevientos éramos 750 trabajadores a la fecha del siniestro. Sin embargo, gracias a la resiliencia con la que hemos enfrentado esto pudimos comenzar a operar en una planta de proceso y entregar empleabilidad a cerca de 400 personas que estaban en la otra instalación”, remarca Cisternas.
Gracias a esta medida, que se implementó en solo cuatro meses, tras una inversión de $ 1.000 millones, la Planta Blumar Magallanes (ex-Torres del Paine) procesa aproximadamente 3.000 a 3.500 toneladas mensuales de salmón. En ese sentido, destaca el plus de la producción de salmón magallánico, que radica en el cultivo sin uso de antimicrobianos.
En el caso de Blumar, la exportación se realiza de forma indirecta: el producto congelado se almacena en frigoríficos externos y luego se transporta a la cadena de distribución. Mientras tanto, el salmón fresco puede salir en camiones desde la planta de Punta Arenas con destino a Argentina, principalmente Buenos Aires (aeropuerto de Ezeiza), para luego volar a Estados Unidos, o bien dirigirse, por vía terrestre, hacia Brasil.
“Para Blumar, uno de los desafíos más importantes es poder continuar asentándose en la región, seguir consolidándonos con este producto de más alta calidad, poder seguir llegando a nuestros mercados de destino y lograr siempre mantener un estándar de calidad en lo que es la planta de proceso”, recalca Cisternas.
Colaboración público-privada
La reapertura de la ex Planta Torres del Paine requirió el apoyo de autoridades regionales, Seremi de Salud y Sernapesca, quienes otorgaron los permisos y certificaciones necesarios. Este esfuerzo conjunto permitió habilitar la planta en un lapso reducido, lo que en su momento fue valorado por la comunidad y el gobierno local.
Sin embargo, el camino no está exento de desafíos para las empresas productoras en la región. Cisternas señala que “la problemática en cuanto a las concesiones es un tema muy delicado. La industria ha dado claras luces de que está en una postura de entablar mesas de conversación y poder lograr llegar a consensos”.
Pese a todo, el caso de la Planta Blumar Magallanes ejemplifica la capacidad de la industria para sobreponerse a circunstancias adversas. Con la puesta en marcha de la ex Planta Torres del Paine, la compañía no solo recuperó gran parte de su capacidad de procesamiento, sino que también brindó un nuevo impulso al empleo local, evidenciando la fortaleza de la salmonicultura como motor socioeconómico en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena. De esta forma, la reapertura simboliza el compromiso de la empresa con la comunidad, reforzando una producción sostenible y la continuidad de esta actividad clave en el extremo sur del país.