Contexto actual de las enfermedades en la etapa de agua dulce
Aeromonas salmonicidaatípica
virulencia que la cepa clásica, pero con baja respuesta a ciertos esquemas vaccinales, lo que obligó a algunas empresas a recurrir a autovacunas para lograr un control eficaz.
Para Andrés Riofrío, Jefe Técnico-Comercial de ADL, este hallazgo llevó a reforzar la vigilancia de la bacteria, no solo en los peces, sino también en el agua, en biofiltros y en camiones de transporte. Los ensayos llevados a cabo in vivo por ADL demostraron que, aunque las variantes emergentes eran menos agresivas bajo condiciones normales, podían desencadenar brotes importantes en situaciones de estrés, lo que pudieron comprobar a través de los estudios llevados a cabo in vivo, en ambiente controlado (TEKBios Fish Trial Center).
IPN
Por otra parte, la necrosis pancreática infecciosa (IPN) siguió un camino distinto. En salmón del Atlántico, su impacto se redujo notablemente gracias al hallazgo de una específica mutación que está vinculada a la resistencia genética, lo que ha permitido en países del norte, así como en Chile, controlar la enfermedad de manera efectiva; medida que se complementa con vacunación. Este hallazgo de QTL ya tiene 15 años desde que se comenzó a aplicar en Europa, y cerca de una década en Chile. Sin embargo, el virus evolucionó frente a esas medidas y en 2021 reapareció con nuevos casos en Noruega, debido a las mutaciones que el virus experimentó.
En 2024, las mortalidades por IPN en nuestro país aumentaron un 2,9% en salmón del Atlántico respecto de 2023, alcanzaron un 5,5% en trucha arcoíris y un 23% en salmón coho, aunque en esta última especie representaron una disminución del 30% en comparación con el año anterior. Si bien, estudios llevados a cabo por ADL indican que ha habido mutaciones en aquellos casos en que excepcionalmente se ha incrementado la mortalidad por IPN, Patricio Bustos manifiesta que tales mutaciones en Chile son mucho menos extensivas que las aparecidas en Noruega, incluso Escocia, y no podemos en Chile asignarle un rol en aquellos casos excepcionales en los cuales se generaron mortalidades por sobre lo establecido como lo usual o “normal”. No obstante, se requiere estar vigilando esta condición pues, obviamente, los virus siempre estarán mutando para intentar burlar las prácticas y mecanismos de prevención y control de IPN; lo cual es propio de cualquier virus patogénico.
PRV
Respecto a Piscine orthoreovirus (PRV), de acuerdo a lo señalado por Patricio Bustos y Andrés Riofrío de ADL, si bien la positividad supera hoy el 50% de las muestras evaluadas en el laboratorio, el virus usualmente no genera pérdidas productivas salvo en algunos pocos casos, ya que los cuadros clínicos suelen expresarse bajo condiciones de estrés.
Patricio Bustos, gerente general de ADL, explica que el impacto del PRV es relativo, pero que su presencia obliga a una vigilancia constante: “El Piscine orthoreovirus sigue apareciendo cada vez más en nuestros diagnósticos, y esto no es distinto en el hemisferio norte, aunque en términos globales es poco significativa para la industria en agua dulce. La presentación de excepcionales brotes no guarda relación con la cantidad de peces portadores del virus. Es interesante destacar que hace 8 a 10 años atrás se presentaba solo en pre-smolt y smolt, más tarde y hasta hoy se
Saprolegnia
Dentro de los hongos oportunistas, la Saprolegnia, que causa Saprolegniasis, es uno de los principales problemas en agua dulce. Afecta con mayor frecuencia al salmón del Atlántico durante la etapa de esmoltificación, cuando los peces atraviesan un periodo de alta susceptibilidad fisiológica por la natural inmunodepresión por la que atraviesan. Su desarrollo se relaciona con el estrés y con daños mecánicos en la piel, que facilitan la entrada del patógeno. En 2024, las micosis en conjunto representaron más de la mitad de la mortalidad infecciosa en salmón Atlántico, reflejando la magnitud de este desafío sanitario.
Otras enfermedades
Además de las patologías causadas por agentes bacterianos o virales, en agua dulce existen enfermedades no infecciosas vinculadas al deterioro de la calidad de agua y eventuales desviaciones en las prácticas de cultivo, entre otras. La acumulación de amonio genera intoxicación aguda; el exceso de CO₂ provoca hipercapnia y nefrocalcinosis; y la sobresaturación de gases se asocia a la enfermedad de la burbuja. En paralelo, la presencia de ácido sulfhídrico en zonas anóxicas puede causar cuadros tóxicos, mientras que altos niveles de sólidos suspendidosproducen daño branquial crónico. Estos cuadros se observan con mayor frecuencia en sistemas de recirculación, donde los parámetros son más estrechos y cualquier desviación impacta directamente en la salud de los peces. En contraste, en los sistemas de flujo abierto estas alteraciones químicas son menos frecuentes, aunque la exposición a patógenos externos es mayor.
Según Patricio Bustos, los estudios de ADL asociados a la presentación de casos clínicos asociados a hipoxia tisular crónica no solo impactan la salud de los peces en agua dulce, en especial si se generan en estados tempranos de desarrollo, sino que en casos en los cuales la calidad de agua no cambia y la cronicidad se extiende, llegando a generar consecuencias en la engorda.
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