Salmonicultura

Mundo Acuícola visitó piscicultura RAS de Salmones Camanchaca

Ubicada en Ensenada, la piscicultura Río Petrohué de Salmones Camanchaca destaca por su uso avanzado de tecnología RAS, control sanitario y tratamiento integral de efluentes, consolidándose como referente en innovación sustentable en agua dulce.

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Ubicada en el sector de Ensenada, comuna de Puerto Varas, la piscicultura Río Petrohué de Salmones Camanchaca es reconocida como una de las pisciculturas más destacadas y experimentadas de Chile en el uso de tecnología de recirculación (RAS), siendo pionera en el desarrollo de un modelo productivo basado en eficiencia hídrica, bioseguridad y reducción de impactos ambientales. Así, su experiencia acumulada en esta línea ha posicionado a la compañía productora como un referente en innovación en agua dulce dentro del sector salmonicultor.

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Fernando Vásquez, Subgerente de Agua Dulce de Salmones Camanchaca,

El recorrido por la instalación estuvo a cargo de Fernando Vásquez, Subgerente de Agua Dulce de Salmones Camanchaca, quien explicó a Mundo Acuícola que la piscicultura cuenta con sistemas independientes de tratamiento de agua para cada unidad de cultivo, lo que permite mantener un control epidemiológico segmentado. En caso de presencia de alguna enfermedad, el protocolo obliga solo a intervenir la unidad afectada, sin comprometer al resto de la instalación. El sistema general considera la recirculación de más del 99% del agua, con una tasa de recambio controlada y constante.

La planta está compuesta por múltiples fases, que incluyen recepción de ovas, procesos de selección por talla, fotoperíodos controlados y etapas de vacunación. Estas fases permiten acompañar el desarrollo de los peces en condiciones controladas y monitoreadas, hasta alcanzar los estándares requeridos para su transferencia al mar.

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El proceso contempla fases de acondicionamiento fotoperiódico, tanto de invierno como de verano, fundamentales para preparar a los peces antes de su traslado. Esta etapa se valida mediante múltiples análisis: bioquímicos, hematológicos, histopatológicos y pruebas de adaptación a salinidad.

La planta tiene una capacidad de cultivo de 12.300 m³, un potencial productivo anual de 14 millones de smolts y una capacidad de alimentación diaria de 6,8 toneladas. La relación entre carga alimentaria y biofiltración está cuidadosamente diseñada para evitar alteraciones en la calidad del agua. El biofiltro biológico, clave en estos sistemas, es monitoreado constantemente y se somete a una limpieza y reinicio estructurado cada dos años, con una fase de reactivación gradual.

El monitoreo de las diferentes unidades se realiza en tiempo real, midiendo parámetros críticos como oxígeno disuelto, temperatura, salinidad, pH y saturación de gases. El sistema cuenta con alarmas automáticas para condiciones fuera de rango, y ajustes automáticos de oxigenación y recambio en cada unidad.

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En cuanto al tratamiento de efluentes, la piscicultura opera con un sistema combinado de tratamientos biológicos (biofiltros), químicos (uso de polímeros) y físicos (hidrociclones y filtros rotatorios). Estas etapas culminan en lagunas de decantación, clarificación y ozonización. Parte del lodo extraído se destina a procesos externos como insumo para biogás, con trazabilidad completa.

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El agua tratada se libera finalmente al río Petrohué bajo estrictos estándares de calidad, buscando compatibilizar el buen desempeño productivo con el resguardo ambiental. Desde la compañía subrayan que el objetivo de la planta es doble: producir smolts de calidad y a bajo costo, sin comprometer la salud del río.

*Conozca más de esta visita en la edición especial impresa Nº176 de revista Mundo Acuícola, Agua Dulce 2025.

Ricardo Alvarez G.